Ángel Forcón, el alma de ‘Las Ayalgas de Silviella’
Su pasión es reparar y coleccionar maquinaria y objetos antiguos que recopila en el museo
Hace 40 años que Ángel Forcón se hizo con un biscúter. Este microcoche, fabricado en nuestro país a mediados del siglo XX, fue la pieza con la que inició su extensa colección.
Unas máquinas para mayar sidra, herencia familiar, fueron los siguientes ingenios que reparó. Y, a partir de ahí, reconoce que empezó a coleccionar de todo.
Tras varios años acumulando objetos, se planteó qué podía hacer con ellos. De ese punto de inflexión surge ‘Las Ayalgas de Silviella’, un museo en el que poder mostrar todos sus tesoros. Como, por ejemplo, un carro del siglo XV, o un taladro de columna de 1810. Pero, en este museo, hay objetos de toda índole.